He decidido, ingenuo de mí, crear un blog sobre fútbol. Algo, una cosa, un ser extraño con muchas letras y más desvarios que me permitan responder a la pregunta de: ¿Tú no eras más de fútbol? Sí, lo soy. Desde que en la palmada en al culo al nacer, en vez de llorar grite gol. Desde que el balón me acompañaba con los potitos y estos, cucharada va cucharada viene, con los jarrones rotos.
Como digo, sin que sirva de precedente, esto es una presentación en toda regla. De chico arreglado con corbata delante de un suegro exigente y amenazante. Realmente soy un apasionado. Pero de esos de programa y monóculo, como en la ópera. De los que ven el fútbol como arte. La garra como herramienta y el gol como éxtasis del espectáculo.
¿El nombre por qué? Buena pregunta. Que algún día responderé. Suena bien ¿no?. Algo claro. Conciso. Dos palabras cortas. ¿Tienen punch? No lo se. Realmente ni me interesa. Aquí, si esto sigue pa' lante se hablará de fútbol. De lo que se juega dentro y de lo que se dice fuera. Del balón y las botas. De los goles y las machadas en los palcos. De algo de lo que no se, pero me interesa. De aquello que nos hizo llorar en el minuto 116 de la final del Mundial de Sudafrica.
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